Descubriendo un
nuevo mundo
E
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n ese momento, me
hubiese gustado desaparecer. Desaparecer y hacer desaparecer conmigo todos los
problemas que había traído. Desde hacía un mes parecía que todos ellos se
habían vuelto contra mí, en una acometida para la que no estaba preparada. Solo
quería escapar de ellos, dejar que otros se ocuparan en mi lugar. Sé que eran
pensamientos infinitamente cobardes, pero no me importaba; tenía miedo. No
sabía quién era esa mujer, ni que quería de mí. Solo sabía que había hecho
mucho daño a mi hermano. Tampoco conocía las razones por las que aquel grupo de
inhumanos me había torturado hasta el punto de hacer daño a las personas que
quiero.
Ni
siquiera ahora, rodeada por las conocidas paredes de mi habitación, me sentía
segura. Y había algo peor que todo ello, estaba sola.
Respiré
hondo e intenté relajarme, a pesar de saber de que había una banda de lunáticos
y una psicótica sueltos por ahí. Todavía no me podía creer que esa mujer se nos
hubiese escapado; después de que Cassie la dejase inconsciente, corrimos a
socorrer a Isaac, a quien el ciclamor disuelto en agua había causado quemaduras
horribles en la cara. Había perdido el sentido y Cassie se ocupó de limpiarle
la cara con agua limpia y de intentar tratar las quemaduras. Yo aproveché para
llamar a mi padre, que en media hora llegó para llevarnos a casa y ocuparse de
la extraña mujer. Pero, cuando él llegó, se había ido y tenía la sensación de
que si volvía a encontrarme con ella, no sería tan justa como la última vez. De
que me mataría.
Ese
pensamiento me obligó a levantarme otra vez más a comprobar que las ventanas
estaban correctamente cerradas y que las persinas, bajadas en plena tarde,
ayudarían a delatar a quien intentase entrar.
Cuando estaba revisando la segunda ventana me detuve. “Te estas volviendo
loca, Kat” me dije “Te has vuelto paranoica”.
Volví
a tirarme en la cama, repitiendome que tenía que ser fuerte, que no podía
llorar. Quería hacer algo más por una vez, algo que no fuese llorar y
acurrucarme en una esquina.
Llamaron
a la puerta.
-Seas
quien seas, no quiero verte –respondí cortante.
La
puerta se abrió y asomó una cabeza pelirroja y de mirada confusa. Me quedé sin
habla, como si una fuerza invisible se hubiese arrojado contra mi garganta,
impidiéndome usar la voz. Pero Cassie habló por mí:
-Me
da igual. Yo necesito hablar contigo –se quedó en la puerta, expectante y yo,
que todavía dudaba del control de mi voz, hice un gesto para que continuara.
Ella tomó asiento lentamente a mi lado y continuó con su narración -:
Escúchame, Kat. No sé lo que ha pasado hoy, ni sé lo qué eres. No sé si eras la
buena o la mala de la pelea de esta mañana. Pero sé que eres mi amiga y, ya
seas la buena o la mala, no voy a dejar que te hagan daño si puedo evitarlo.
Todo esto me da miedo, ¿sabes? Pero somos amigas y eso no lo cambia. Siento
haber reaccionado tan mal el otro día, pero todo era tan… extraño. Yo… no sabía
qué hacer, Kat. El miedo me impidió verte, reconocerte, pero me he pasado los
últimos dos días pensando en ello. Me da igual lo que seas, o lo que hagas.
Hace siete años que somos amigas y no lo voy a echar a perder porque seas… lo
que seas. Quiero pedirte perdón, por
haber sido tan mala amiga.
El
nudo de mi garganta se había acentuado a medida que hablaba y las antiguas
lágrimas de miedo se habían convertido en lágrimas de emoción y habían
aumentado en cantidad, hasta acabar rodando por mis mejillas. Abracé a mi amiga con fuerza y susurré
palabras sin sentido que pretendían ser disculpas. Cuando me hube serenado, me
dispuse a darle la explicación que le debía desde hacía años.
-Hay
muchas cosas que debo explicarte –ante su asentimiento, solté un suspiró y
organicé la información antes de expresarla en palabras –. Me gustaría poder
decirte que nada de esto es lo que parece, pero todo es lo que parece; tú misma
lo has visto. Mis alas son justo lo que parecen.
-Eres
un ángel… -susurró. Tragando saliva, intentó afrontar mi mirada -¿Estás…? –su
voz se cortó y entonces entendí a que se refería.
-¡No!
Cassie, no ese tipo de ángeles. No estoy muerta. La razón de que sea así es que
soy de… otra especie –abrió mucho los ojos, pero no pronunció una palabra. En
comparación a su antigua teoría no era algo malo, a mi parecer -Y provengo de otro mundo. Bueno, yo nací en
la Tierra, pero mi especie proviene de un lugar diferente y, para la mayoría de
los humanos, inexistente. Allí todos son como yo, todos son ángeles –murmuré,
atreviéndome por fin a pronunciar la palabra –. Los investigadores de allí
creen que siempre ha estado muy ligada a la Tierra, pues su aspecto es tan
parecido que un humano podría vivir allí sin notar la diferencia del paisaje.
Otra de las razones por las que sospechan eso es que sus idiomas son tan
parecidos a los de este planeta que parecen dialectos de los que se hablan
aquí. O eso dicen, aunque yo no lo sé seguro, puesto que solo he viajado allí
en contadas ocasiones. La gente de allí lo llama Loryem, y eso me hace suponer
que sí es cierto que tenía contacto con la Tierra, solo hay que pensar en
la palabra latina Lorem, que significa
“casa, hogar”, según tengo entendido. Sin embargo los viajes de uno a otro
mundo son algo relativamente reciente. Mi padre me dijo una vez que el primer
viaje se llevó a cabo hace unos cincuenta años.
-¿Cómo
se hace? –preguntó Cassie con timidez y voz cortada –Si puede saberse, claro.
No quiero meter las narices donde no me llaman…
-Cassie,
tranquila –reí –, no son los planes secretos de una C.I.A celestial, ni nada
parecido. Para que lo entiendas bien, retrocederé a mucho tiempo atrás.
»
En las clases de mi padre, esas que supuestamente eran clases de apoyo escolar
–reconocí, con una sonrisa de disculpa –, mi padre nos habló una vez de la
magia que envuelve Loryem. Nos dijo que era mucho más influyente que la de la
Tierra…
-Espera
–me interrumpió –, ¿“mucho más influyente que la de la Tierra”? ¿Acaso aquí hay
magia?
Sonreí
ante su cara atónita y respondí alegremente:
-¡Claro!
La magia está en todos los sitios –me miró con incredulidad y me dispuse a
explicárselo de otra forma –. Veamos, ¿y
si te hablo de energía? Los humanos controlan la energía del sol, la del aire…
Los ángeles controlan también la energía del la magia, aunque en Loryem es
mucho más fácil que aquí. Fluye con mucha más fuerza, está muy patente. Bien,
pues esa energía es utilizada, en ocasiones, de manera indebida. Cuando un
ángel es, aunque suene dramático o exagerado, corroído por el odio, contamina
con él a esa energía que fluye por su interior –la miré, para asegurarme de
que me estaba siguiendo y ante su asentimiento, seguí con la exposición –. Así se
crearon los...ángeles negros.
Mi
voz bajó notablemente, por el miedo.
-¿La
mujer del jardín botánico...? –insinuó Cassie, que había notado mi cambio de
actitud.
Asentí.
-Ajá.
Pues estos ángeles tenían como única finalidad la búsqueda del poder, aunque
eso implicase la violencia. Ante su amenaza, se creó una institución que
algunos llaman los Guerreros de la Luz. Su misión era acabar con todos los
monstruos de alas negras que infundían el terror. Fueron perseguidos y aniquilados
durante siglos, hasta que descubrieron una forma de huída: los portales.
Consiguieron conjugar la magia de manera que les permitieran llegar aquí. Los Guerreros de la Luz consiguieron, un par de años después, creo, seguirles la
pista y convocar a los portales a su llamada.
Cassie
me miraba con claro interés en su mirada curiosa. Parpadeó un par de veces y
murmuró:
-Oye,
Kat, te creo. Pero no puedo evitar que esto me suene a que me estás contando un
cuento o una vieja leyenda. Todo es tan irreal...
-¿Te
parece esto irreal? –cuestioné, al tiempo que desplegaba las alas por detrás de
mí.
Mi
amiga soltó una exclamación ahogada y elevo una mano insegura a ellas, las
acarició suavemente, mientras una sonrisa aparecía en su boca. Una sonrisa de
pura estupefacción.
Tras
eso, me dispuse a contarle mi propia historia, como unas semanas atrás había
hecho con Samuel. Eso me hizo pensar que debía ir a visitarlo, llevaba mucho
tiempo sin verle y necesitaba su compañía. Me daban igual los ángeles negros, a
estas alturas ya nos tenían localizados a los dos, seguramente. En cuanto
tuviese ocasión, iría a verle.
Intenté
explicarle de forma simple la diferencia entre los ángeles y los arcángeles.
Luego, le conté que mi padre era uno de esos Guerreros de la Luz y que se había
instalado en la Tierra tras conocer a mi madre; le conté mi vida. Y narré, por último,
esos hechos que tanto me habían acosado
en los últimos días.
-Entonces,
a excepción de tu madre, ¿toda tu familia está formada por ángeles? –resumió,
en sus ojos se veía la mirada de quien descubre un nuevo mundo.
-Sí.
Pero debes tener cuidado ahora, Cassie. Ya ves que no todo es un paraíso
celestial y cualquiera que esté conmigo puede salir mal parado. Créeme, como
esos malditos ángeles negros te toquen un solo pelo, se lo haré pagar.
-¿Sacarás
tus poderes de arcángel? –rió.
-Sacaré
mis poderes de arcángel –asentí –. Algo bueno tenía que tener ser la única
chica arcángel, de hecho...
Callé
de repente, cuando una voz se sobrepuso por encima de la mía, gritando:
-¡¿Se
lo has contado todo, niña estúpida?!
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Sé que este capítulo no es gran cosa, porque no pasa prácticamente nada, pero pensé que sería interesante que conocieseis un poco el mundo de los ángeles ;)
Espero que os haya gustado, de todos modos, y recibir vuestra opinión :)
Gracias por leer!
Ah, pues me ha encantado, Cassie y Kat debían de tener una charla YA.
ResponderEliminar¿Fue Isaac quién las interrumpió o el padre? :S
Creo que Cassie podría hacer que Isaac cambiase...
Me ha gustado mucho, de verdad! he leído varios capítulos y la verdad es que me ha enganchado! (la temática de ángeles tienen un no sé que que me atraen *__*)
ResponderEliminarte leoo!^^
también me gustaría que visitaras mi blog, hace poco que empecé una historia y me gustaría que me dieras tu opinión.
un beso^^
¡A mí sí me parece que es gran cosa! Me encantó, la verdad. Con las ganas que tenía de que Cassie y Kat volvieran a ser amigas... Qué bien que hayan hablado debidamente y hayan solucionado las cosas :). Y de paso me entero un par de cosas más sobre esta raza de ángeles... Pobre Isaac. No será el mejor hermano, pero me da pena igual.
ResponderEliminar¿Poca cosa? A mi me ha encantado!!!
ResponderEliminarMenos mal que Cassie y Kat vuelvan a ser amigas y me ha encantado la charlita que han tenido sobre los ángeles y tal jijiji :D
¿Quién habrá interrumpido en la habitación? Sea quien sea, tengo ganas de saberlo!!
Espero el próximo prontito!!
Besitos :)
¡Muy asdfghjkl que vuelvan a ser amigas!
ResponderEliminarPues yo creo que ha sido un GRAN capítulo, ya conocemos algo más sobre los ángeles ^^
Me ha gustado lo de conocer más sobre los ángeles, y el que vuelvan a ser amigas.
ResponderEliminarLo que más me ha gustado ha sido el final.
¡Sigue así!
genial el capítulo. me gustó mucho saber más de ellos. como me encantaría poder ir a ese mundo!!
ResponderEliminaroh!! quién será el que ha interrumpido?? =O
¡Hola! Acabo de descubrir este blog y tu maravillosa historia, ¡y me la he tenido que leer toda del tirón! No podía parar, en serio, tengo los ojos rojitos de estar tanto tiempo con la nariz pegada a
ResponderEliminarla pantalla :3 Espero que puedas publicar pronto, me muero de ganas de saber como continuará *_*
Besos.
~Scarlett
Hola Laura! ¿qué no pasa gran cosa? Laura, el capítulo ha estado más que intetesante.
ResponderEliminarMe encantó la manera en la que Kat le contó a Cassie sobre su mundo, sobre los portales, y el porqué de la existencia de ángeles negros. En resumen, me fascinó el capítulo.
Te seguire leyendo :)
¡¿Poca cosa!? No lo subestimes, ha sido un capítulo completamente genial. Me encanta que hayas contado la historia de los ángeles. En serio, has creado todo un mundo de tu imaginación, y eso es algo que no todo el mundo puede hacer :3
ResponderEliminarY al final has dejado un suspense...¡Ya estoy deseando leer el próximo capítulo! >
Me ha encantado. ¿Quien ha entrado el padre o el hermano? Yo creo que es su hermano. Seguire leyendo otro dia. Me encanta esta novela Laura :)
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